Antonio Rodríguez Menéndez nos recuerda el decálogo de las personas libro:

1.- Las personas libro constituimos una extravagante minoría que parece clamar en el desierto, aunque quizá podamos ser de alguna utilidad al mundo. No estamos seguras de nada, excepto que los libros que amamos están bien archivados tras nuestros ojos de mirada tranquila, y de que queremos darlos a conocer.

2.- Nunca olvidamos que no somos superiores a nadie en el mundo por el hecho de llevar un libro dentro de nuestras cabezas, porque solo somos sobrecubiertas para proteger los libros, sin valor intrínseco alguno. Pero nos sentimos bien al hacer lo que hacemos y nos alegramos de que haya otras personas que también lo hacen.
3.- El Proyecto Fahrenheit 451 busca crear un vínculo entre todas las personas libro, crear una organización para resistir frente a la tendencia real, la “dictadura” que, si no prohíbe, sí impide de hecho que leamos los libros y la vida, que pensemos, que hablemos entre nosotras de algo diferente y de manera diferente.
4.- El Proyecto Fahrenheit 451 busca que la población ande por ahí mostrando en voz alta lo que sus libros dicen. Confía en las personas, cuando eligen un texto confiando en sí mismas, en su deseo más íntimo, para hacerlo público. Es un movimiento de la ciudadanía para la ciudad, que se mueve libremente para hacerla más libre.
5.- Que nadie piense que se exige la heroicidad de aprenderse un libro entero como en la ficción de Fahrenheit 451, pero por qué no soñar con un encuentro de capítulos o de fragmentos de capítulos con estrofas, versos, párrafos, palabras... Lo importante es la actitud, nunca lo heroico. Y es que no hay para la belleza más origen que la herida, porque la verdad vive en los fragmentos, en lo incompleto.
6.- La persona libro habla a lo llano, a lo liso, a lo no intrincado, con reposo, pero no de manera que parezca que se escucha a sí misma, porque sabe que toda afectación es mala; narra sin que la gente se dé cuenta y sin artificios, con naturalidad. Lo hace mirando y respirando lo que dice, a quién lo dice y cómo lo dice. Y con gozo. 
7.- La piedra angular de la narración de las personas libro está en la actitud de no colonización de la palabra, en la búsqueda de la palabra verdadera sin opacidad y sin sombra, dada y recibida en el mismo instante de narrar. Tampoco utilizan las palabras para colonizar a las personas. 
8.- Las personas libro saben que las palabras poseen un ´color`, un ´sabor`, una ´textura`, una ´fragancia` o un ´aroma`.
9.- La base de la narración es la mirada de quien narra. La mirada que siempre busca: algo, a alguien… La mirada que respira y narra, que muestra más que dice. La mirada que hace que las personas que escuchan existan de verdad junto a la persona libro, que sabrá dosificar sus palabras porque conocerá el valor del silencio.
10.- Esta manera de defender los libros es un gesto de reconocimiento del error que supone la destrucción de las bibliotecas, ya sea la de don Quijote o la de Sarajevo, Bagdad… porque quien quema libros termina tarde o temprano por matar personas.

1 comentario:

  1. ¡Enhorabuena Antonio!
    ¡Cuánto trabajo, cuánto esfuerzo! pero estás consiguiendo algo fenomenal. Seguro que los alumnos recordarán a lo largo de su vida una experiencia tan emocionante como la de acercarse a los libros y convertirse en personas libro.
    Me alegró ver en la fiesta de inauguración a las personas mayores que son quienes atesoran historias antiguas y que no debemos dejar perder.
    Recuerdos a las alumnas de la Escuela de Adultos, especialmente para Gertrudis, Lola, Carmen, Encarna, Carmela de parte de Guillermo.
    ¡Mucha suerte!

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